Transcurriendo tan sólo 7 días, la cuenta atrás comienza a acelerarse, y no nos da tiempo de asimilar que faltan menos de 30 días para la llegada de la Semana Mayor.
Los cuarteles toman la madurez del año y su punto más álgido en la Cuaresma. Los forasteros se acercan para compartir, disfrutar y rememorar el sentido de la Cuaresma para un pontanés. Y por supuesto todos los mananteros y mananteras van pisando cada vez más firmes la huella de unos días esperados.
El tercer sábado es un día grande en Puente Genil, pues ya se conoce que además de La Manantera de Madrid se acercan a nuestro pueblo gran número de personas de los pueblos de alrededor.
Y para nosotras sigue siendo un día importante, dejamos sin otra pata a nuestra vieja, siempre es motivo de celebración.
Tras la bendición y comienzo del tapeo los cánticos y cuarteleras comenzaban en la mesa, y todas nuestras invitadas fueron partícipes aportando sus voces.
La noche se presentaba con un gran turno de cocina, al que agradecer los manjares que nos dispusieron nuestras hermanas.
Nuestra hermana May compartió y participó en la noche de la tercera subida, y además nos obsequió con un regalo para nuestro cuartel.
Y la hora de subida se iba acercando, se daba paso a levantar la mesa y a tomar la tradicional foto de cada sábado con nuestras invitadas en la puerta del cuartel, y ya, tomábamos rumbo a las cumbres del Manantero.
A ritmo de pasodoble, como ya es tradición acompañábamos tras las filas de los Ataos, y llegábamos al punto de encuentro de nuestro cuartel en el Calvario. El vino comenzó a rodar, y familiares y amigos se encaminaban a saludarnos. La noche se presentaba en Puente Genil llena de riqueza manantera acompañada del jolgorio de gente forastera compartiendo nuestra pasión.
A eso de las 00.30 tomábamos las hermanas rumbo de vuelta al cuartel, era el turno de la cena, que llegaba placentera con nuestro caldo en la mesa para poder de nuevo afinar las gargantas.
La presidenta tomaba la palabra en la noche y dislumbraba en palabras a la hermana María Esojo, gran trabajadora y entusiasta con las pasiones de nuestra Mananta. Muy merecida pata la de esta noche, la cual además terminaba un día para ella muy especial, pues por primera vez la Corporación de Los Lázaros en su comida tradicional a sus hijos, habían invitado a sus hijas en términos femeninos por primera vez en la historia.
Fue un momento emotivo que describió íntegramente y que sabemos significa un gran paso para ella.
Por último tras descolgar la tercera pata de nuestra abuela se dispuso a leer el evangelio.
Ya se hacían las 3.00 de la mañana cuando la Vocal de Protocolo daba pie a levantar por última vez la mesa de la noche, fue un Sábado de Transfiguración emotivo, y progresista en la parte que le toca, el cual ya tenemos grabado en la retina.
