Todo comenzó más temprano de lo normal, este Quinto Sábado de Pan y Peces teníamos una cita con nuestras hermanas de Hermandad. Una invitación a las mujeres de nuestra Hermanad dio comienzo a un gran día de fraternidad y acercamiento a nuestro cuartel.
Fue en este caso la mayor parte de las camareras de nuestra Hdad. quienes se acercaron a nuestro cuartel en torno a las 13.00 horas para disfrutar de una visita y comida en nuestra santa casa.
Nuestras hermanas formaron parte de un cortejo que invitaba a conocer cada uno de nuestros rincones, comenzando por nuestro mesón, donde le explicamos cual ha sido nuestra historia, cumpliendo esta Semana Santa nueve ya pasadas.
Fue entorno a las 14.00 horas cuando nos dispusimos a ascender a la planta alta y mostrarles el resto del cuartel. Fue una impresión mutua, tanto por ser la primera vez que participaban de un cuartel de mujeres, como por nuestra parte por compartir tan entrañable momento.
Todo transcurrió como si de una noche cuaresmal se tratase. Se abrió la comida realizando una bendición de la mesa por parte de nuestra hermana Beatriz, y dio comienzo un tapeo, seguido de la preparación del plato principal.
Entre tanto las conversaciones iban fluyendo entre todas las mujeres que conformamos la mesa y todas las hermanas de este cuartel aprendimos gratamente momentos que no conocíamos sobre la historia de nuestra Hermandad.
Los cánticos rodaron, y las coreadas fueron entonadas por toda la mesa.
Pasando la hora del postre, se dio por finalizada una gran comida en torno a las 18.00 horas, agradeciendo a todas las mujeres asistentes y enorgulleciéndonos de participar y ayudar a nuestra Cofradía como ellas lo han hecho.
Fue momento una vez anochecido el día dar comienzo a la noche de Pan y Peces. En esta noche se tuvo el placer de disfrutar de un familiar tapeo y cena entre las hermanas del cuartel. Fue una noche emotiva para cada una de las hermanas.
El comienzo se dio en torno a las 21.30 horas, en el cual realizando la vocal de protocolo la bendición de la mesa nos dispusimos a probar los ricos manjares del turno de cocina.
El tiempo corría a contrarreloj y la hora de levantar la mesa se aproximaba.
Como ya es tradición alrededor de las 22.30 las hermanas tomaban calle Delgado para ver desfilar a los Romanos por calle Don Gonzalo, e incorporarnos nuevamente en la iglesia de la Concepción para ver desfilar a Los Ataos e incorporarnos tras ellos en su desfile.
En la cumbre de nuestro patrón recibimos la visita de familiares y amigos, teniendo siempre en pie un vaso de uvita que ofrecer a todo aquel que se acercara.
A las 00.30 daba comienzo la cena, y el turno de palabra llegaba para que se realizara la entrega de la pata de nuestra vieja.
Nuestra hermana Isabel Delgado exaltó a la hermana merecedora de la pata de esa noche, una hermana trabajadora y luchadora dentro y fuera del cuartel. Nuria Baena tuvo el honor de descolgar la quinta pata de nuestra vieja y realizar la lectura del Evangelio en esa noche.
Fue entonces cuando las cuarteleras y coreadas se sucedieron y se finalizó la noche con un gran postre en torno a las 2.30 horas.
