Sábado de Diablo Mudo 2016

Quizás fuiste tú, el que quiso que esta noche nos encontrara...
Sencillamente especial. Como viene siendo habitual nuestro cuarto sábado de Romanos es único y diferente a cualquier otra noche de Cuaresma.
La noche prometía una gran mesa, invitadas singulares para nuestro Diablo Mudo. En torno a las 21.00 se abrían las puertas de nuestro mesón para ir recibiendo a todas nuestras hermanas e invitadas. 
Llegando las primeras y siguientes, el ambiente comenzaba a renacer, la Mananta se dejaba caer, y el incienso embriagaba y envolvía todo el ambiente que se vivía.
Los primeros brindis comenzaban e iba siendo la hora de comenzar la primera parte de la noche.
A las 21.40 nos dispusimos a tomar asiento en nuestro salón y dar rienda suelta a las conversaciones con tanto sentido en esa noche. Las cuarteleras y cánticos fueron el sonido siempre mantenido a ritmo de tambor. Y la intervención de nuestra hermana Beatriz Morales hizo emocionar a toda la mesa.
Siendo las 22.40 el tiempo nos apretaba cada vez más, y fue momento de levantar la mesa para dirigirnos a nuestra esperada subida al Calvario.

Abriendo el cortejo el humo de la bengala a son de pasodobles iba marcando el compás de nuestros pies, y entre las paradas tradicionales el vino corría por las gargantas.
Era momento de situarnos en coro casi a las puertas de la iglesia de nuestro Patrón, siempre tomando la mejor perspectiva.
Nuestros amigos y familiares se acercaban para tomar las tradicionales uvitas de nuestro vino y poder entonar cuarteleras en el calor de todas las hermanas e invitadas de la noche.
El frío no nos hizo adelantarnos a nuestro reloj cuaresmero, y fue sobre las 00.30 cuando tomamos camino descendente por calle Aguilar para llegar a nuestro cuartel.

De nuevo la entrada por las puertas del cuartel de nuestras invitadas sorprendió, los hermanos de Mª Stma. de la Soledad daban la nota de fondo en nuestro salón cantándole a la Madre de la Isla, y en el interior de éste comenzaron las sorpresas.
Cualquier fotografía o texto quedarían diminutos explicando las emociones y recuerdos que afloraron, y así nos gustaría que fuese, que quedaran en las retinas de quienes pudieron vivirlo.
El primer plato daba comienzo a las intervenciones, y nuestras invitadas y hermanas tomaban la palabra en la mesa. Las palabras de nuestra hermana Cristina Martín y de nuestra invitada Lola Gálvez en nombre de su hermana Gracia Gálvez, fueron el comienzo de unas palabras entonadas todas ellas en una misma dirección.
Tras ellas la hermana Isabel Delgado fue la encargada de honorar a la hermana que iba a recibir la pata de esta noche de Diablo Mudo. Fue Beatriz Morales la hermana que descolgó la pata del cuarto Sábado de Romanos y su hermana Inmaculada Morales quien realizó la lectura del Evangelio.
Tras ellas, Mª Carmen Olmedo y su hija Nazaret Sánchez, tomaron el atril para resumir la vivencia de la noche y tras ello entregar un bonito regalo a todas las hermanas del cuartel.

Pasadas las 2.30 de la Madrugada en el plato final, y para cerrar la noche, tomó palabra en el atril una de las nuevas invitadas en esta noche, Ana Carrillo explicó lo que había sido para ella su primera noche de Diablo Mudo en nuestro cuartel y exaltó el papel de la mujer manantera en nuestra Semana Santa.





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