Después de 334 días, terminaba la
espera y como cada año, el primer sábado de nuestra cuaresma, Sábado de
Carnaval, era un día especial y emotivo, en el que las hermanas se reúnen un
año más para darle la bienvenida a la cuaresma. Es un día lleno de abrazos y
reencuentros.
Este año, el primer sábado fue un
tanto diferente, ya que todas las hermanas nos acercamos a la Corporación Las
Hijas de Salfad para hacer entrega de un obsequio por tan entrañable relación.
Fue un comprometido atril que recibieron con gran ilusión. La hermana Cristina
Martín, les dedico unas bonitas palabras, las cuales fueron agradecidas por su
Presidenta. Las hermanas de ambos cuarteles, brindaron como símbolo de
hermandad y firmaron el augurio de bonitos años que llegarán.
Más tarde, en torno a las 21:30h,
las hermanas llegaban al cuartel y daban comienzo al tradicional tapeo. Nuestra
hermana Cristina Martín, se dirigió al atril para transmitirnos las palabras de
la Presidenta, María Esojo, que no pudo estar con nosotras en el inicio de la
cuaresma.
A las 22:30h comenzábamos a
prepararnos para iniciar la primera subida al Calvario, y las hermanas Carmen
Amador y Alba Prieto, decidieron coger por primera vez la alpatana y subirla al
Calvario. Tras los sones de la Corporación Bíblica Los Ataos, y al ritmo del
tambor, subimos al Calvario, esta vez por un escenario cautelar, por primera
vez se cambiaba el recorrido para ascender por la cálida calle Santos, donde
disfrutamos del ambiente cuartelero de esta calle.
A la vuelta a nuestro cuartel, de
nuevo, la hermana Cristina Martín, sustituyendo a la Presidenta, tomó la
palabra desde el atril para otorgar la primera pata de nuestra vieja
cuaresmera, que en esta ocasión fue para la hermana Alba Prieto, quien desde el
atril lo agradeció, ya que era su primera pata. Posteriormente, como de
costumbre, entonó las palabras referente a la noche de Carnaval del Evangelio,
finalizando la noche entre cánticos, cuarteleras, y preparando alguna que otra
sorpresa venidera.