Bienaventurado el segundo fin de
semana de Cuaresma, ya que en nuestro cuartel se celebra de manera diferente.
Son unos días grandes, ya que nuestra Hermandad celebra el triduo a nuestros
titulares, así como la Función Principal el domingo correspondiente a la
segunda subida al calvario.
Desde el jueves, las hermanas de
este cuartel veníamos acompañando cada misa que se realizaba, siendo partícipes
de las lecturas íntegras del segundo día de triduo. La participación iba en
aumento notoriamente, lo que produce un gran júbilo en el seno de nuestra
Cofradía.
Centrándonos en los acontecimientos
del segundo sábado de Cuaresma, los toques de campana y apertura de puerta en
esa noche son, sin duda, prósperos en sus llegadas, y es que aparecen por el
umbral de nuestra casa, nuestras madres, cada una con una sonrisa pintada de
oreja a oreja por poder compartir y vivir lo que gran parte de ellas hubiesen
querido hace ya ciertos años.
En ausencia de la presidenta, la
hermana Cristina Martín, Vicepresidenta 2ª, realizaba sus funciones, dando
comienzo a la noche en torno a las 21.30. La hermana Laura Bascón realizaba una
encomiable bendición de la mesa y compartía por primera vez mesa con su madre.
Cada una de ellas se encontraban con todo el ímpetu y comodidad para lanzarse a
cantar y empezar a entonar cualquier coreada que se le viniese a la cabeza.
Las viandas se daban paso, y en
la apretada noche nos quedábamos sin tiempo. Se levantaba la mesa, y de forma
apresurada nos disponíamos a las faldas de la colina del patrón. Esta vez, los
minutos nos jugaron una mala pasada, y tuvimos que llegar hasta el pórtico de
una forma tardía, pero no nos costó nada recuperarnos y encontrarnos arropadas
entre los grupos hermanos que se habían decidido subir al Calvario.
El tiempo no apremiaba agradable,
lo que nos provocó la vuelta a nuestro cuartel antes de tiempo. Ya de regreso,
en la mesa ferviente el humo del consomé, y alguna copa de vino tintineaba
entre las hermanas.
La hermana Cristina transmitía
las palabras de nuestra presidenta, así como comunicaba el acto que iba a
realizarse el próximo 6 de marzo con motivo del Día de la Mujer, en el cual iba
a ser reconocida e invitaba a todas las hermanas e invitadas presentes a
acompañarla si así les fuese posible.
La hermana Cristina Reina tuvo el
honor de la lectura de la segunda noche de romanos, transmitiendo además el
gozo y orgullo de poder formar parte de este grupo de hermanas.
Para cerrar la noche nuestras
nuevas invitadas participaron en agradecer la invitación, transmitir unas
palabras de valía hacia nuestro tesón y esfuerzo en esta ardua tradición, y
apostillaban el gusto de volver a repetir una mesa compartida.