Y llegó el tercer sábado, con
ganas e ilusión, las hermanas llegaron sobre las 21:00 para comenzar una gran
noche íntima, ya que no hubo invitadas.
A continuación, el toque de
campana nos indicaba que llegaba el comienzo de la primera parte de la noche.
La presidenta, Alicia Cosano se dispuso a bendecir la mesa y alzar la copa,
como cada sábado, dedicando unas palabras para pasar un buen tapeo entre
hermanas y acordándose de las hermanas ausentes.
Este sábado fue muy acogedor y
familiar, ya que sólo estuvimos las hermanas que componemos este grupo, sin
duda se creó un ambiente en el que disfrutar de estar juntas, hablando de los quehaceres
que nos une, la pasión por la Cuaresma y la Mananta.
Más tarde y por petición de todas
las hermanas, cantamos el himno de los de los Ausentes por nuestras hermanas
ausentes y personas que, por motivos personales no pudieron asistir.
Sobre las 22:15 la presidenta, se
dirigió al atril para dedicar unas bonitas y emotivas palabras para todas
hermanas y en especial a la hermana que esa noche tendría el honor de descolgarle
la pata a nuestra abuela. En esta ocasión fue otorgada a nuestra hermana Carmen
Amador, a la que le hizo mucha ilusión y desde el atril dio las gracias a todas
las hermanas allí presentes y a las que no nos pudieron acompañar, mostrando y
agradeciendo el valor de la amistad dentro de un cuartel, la relación de apoyo
y estrechos vínculos que la unen al cuartel, y la consideración que se
demuestran día a día cada una de ellas.
La noche terminó con preparativos
para el sábado de Diablo Mudo, sin saber nada de lo que nos acontecía.
Sin más, nos quedamos a medias,
la espera este año no ha terminado, la semana grande de los pontanos no va a
llegar, pero sin duda esperamos la Cuaresma de 2021 con aún más ganas.