Cuando vemos llegar con fuerza un nuevo año, la ilusión nos eriza la piel pensando en que pronto se avecina la Cuaresma. Una vez te encuentras en ella, el cronómetro se acelera desmesuradamente, y es lo que nos pasa cuando llegamos al cuarto Sábado de Romanos. Hemos sobrepasado el ecuador de estos días.
Diablo Mudo en nuestro cuartel significa compartir, aprender y reconocer.
El día venía precedido de una noche de "Viernes de Tertulia" cargada de emociones y de historia que nuestra hermana Cristina Martín proyectó en su conferencia "Sentir y Amar", nuevamente felicidades, una exitosa conferencia reflejada en todos los oyentes que se acercaron a escucharte y conocerte.
Y la mañana de sábado despertaba con un extraordinario tiempo que nos acompañaría hasta altas horas de la noche.
Por cuarto año celebrábamos junto a nuestras hermanas de Las Hijas de Salfad una comida de Hermandad entre las dos corporaciones, la alegría y el afecto era un espejo que miraba en todas direcciones. Gracias por vuestro acogimiento y por el disfrute mutuo que llevamos de la mano.
Y casi de forma enlazada nuestro cuartel abría sus puertas para verse repleto de caras conocidas y de personas que tanto vienen a decir a nuestro Diablo Mudo.
Como viene siendo costumbre nos acompañaban varias mujeres que formaron parte de la primera cuadrilla de Ntro. Padre Jesús de las Penas, así como por primera vez una hermana nazarena que fue partícipe en la primera salida en la Hermandad de la Santa Cruz en 1987.
La noche estaba cargada de emociones, una subida al calvario para encontrarnos con hermanas de varias corporaciones, y un regreso a nuestro cuartel para completar este cuarto sábado.
Se sucedieron varias intervenciones por parte de hermanas e invitadas, a las cuales se sumó la entrega de pata que nuestra presidenta realzó con unas extraordinarias palabras hacia la hermana Cristina Martín, y como es habitual en este día, la tertulia se adueñó del cierre de noche para finalizar este tan anhelado Diablo Mudo.
